¿Por qué no lo muevo yo?


27 de mayo de 2013


Quiero hablar hoy un poco de música. No pretendo de todos modos redactar aquí una entrada sobre la escena musical, sevillana, alternativa o de lo que sea. Por muy aficionado que sea a la música, considero que hay personas preparadas y al día que se dedican a eso que lo cuentan mejor que yo y os van a dar información más certera. Sí que quiero de todos modos hablar precisamente de los proyectos recientes de una persona con la que he compartido escuchas, discos, conversaciones y sobre todo la pasión precisamente por esa forma de conexión que parece que, se ha dicho en alguna ocasión, puede salvar al mundo que es la música.



Un domingo cualquiera, La Isla, hace ya más de diez años. Bastante más. Por aquella época, tras el almuerzo, la perspectiva de una tarde de domingo solía ser nefasta: casi todo cerrado, el "modo lunes" prácticamente activado, con algunos amigos que ya se habían vuelto a la ciudad donde estaban currando o estudiando, las calles más solas que de costumbre. Una posibilidad ante el tedio era pasarte por casa de David Cordero. Para mí poco a poco se fue convirtiendo en algo más que echar el rato por no estar en casa de mis padres. Allí pude -pudimos- descubrir bandas, canciones, grabaciones, géneros musicales, que en mi vida pensé que existían y que me fueran a gustar. Siempre presente en mi recuerdo de esas horas un póster, que no me cansaba de mirar y que se convierte en mi memoria en un compañero de viaje más de aquellas tardes. Era un póster con la portada de un disco de Bonnie "Prince" Billy titulado I see a darkness. Estuviera o no ese póster después de las primeras veces que fui a esa casa, lo visualizo inmediatamente cuando pienso en ese tiempo. Del mismo modo, me viene con la fuerza de una escena de película el recuerdo de estar con David y un par de amigos o amigas más tumbados, en el suelo o el sofá de la habitación, mientras escuchábamos lo último o lo primero de Lambchop o Tom Waits y el humo de los cigarros iba desapareciendo conforme llegaba al techo. Arrullados casi por la música. En pleno descanso.


Domingos y más días: de repente se formó allí un proyecto musical, una banda que los aficionados a la música alternativa nacional más melancólica conocerán y que se llamó Úrsula. A David, me consta, lo ha dicho en algunas entrevistas, ya le pilla lejos; también sabe que a muchas personas nos marcó. Junto al gusto de escuchar una música que siempre me pareció de calidad y honesta, estuvo siempre la ilusión de ver cómo un proyecto se materializaba y hacía posible. También, la alegría de ver crecer a un amigo.




La historia de Úrsula, las idas y venidas de integrantes del grupo, algunos de ellos muy implicados en ciertos momentos con el proyecto musical, es compleja y terminó hará unos dos o tres años, cuando David ya no le vio sentido seguir firmando como Úrsula producciones que eran ya mucho más personales. Se cerraba así una etapa y empezaba otra.

Quiero volver un momento a ese póster del I see a darkness. Entre las canciones que figuraban en ese álbum, había una llamada Knockturne, una especie de nana siniestra que en realidad escondía una bonita canción de amor. Pues bien, esta canción ha dado nombre a una de las últimas aventuras musicales de David Cordero, un sello discográfico. Knockturne Records surge así como una apuesta por parte de David y sus socios fundadores de difundir un tipo de música que les mueve, les gusta. Intentar que algo que les parece interesante, en este caso cierto tipo de bandas metaleras y oscuras de Sevilla, lo pueda conocer cuanta más gente mejor. Reproduzco una frase de David que aparece en la entrevista que le hicieron en el Diario de Sevilla en relación al origen del nuevo sello:

Fui a ver un concierto de Blooming Látigo con su nueva formación, con la que grabaron el álbum, y me quedé sorprendido. Hacía bastante tiempo que un grupo de por aquí no me dejaba en directo con la boca abierta. Los conocía y les dije que me había gustado mucho su disco. Me pidieron que les hiciera alguna remezcla y les remezclé el disco entero. Cuando conseguimos terminar las tres canciones que van en el primer epé comenzamos a moverlo, pero nadie se interesó. Así que llegas a la conclusión: ¿por qué no lo muevo yo? Ya era hora. Siempre había tenido la idea de montar mi pequeño sello, pero no tenía claro qué sacar. Ahora sí.

Creo que este párrafo recoge muy bien una idea que he defendido en otras entradas del blog relativa a repensar hasta qué punto necesitamos del marco concreto de una institución, el apoyo de un oficialismo, el censo de un ente al que no le interesamos para sacar adelante nuestros proyectos. Todo esto me gusta también porque es un ejemplo cercano, parte de mi historia personal, de otra de las intenciones con las que surgió este blog de dar cabida y desarrollo a esas iniciativas de personas que aprecio. Y David es precisamente una de esas personas a las que admiro. Por hacerme descubrir música, por aprender con él, por compartir tanto.


Por muchos años, haga lo que haga.



P.S.: me parece importante despedirme con música, os dejo con la versión que de I see a darkness hizo uno de los grandes de la música americana, Johnny Cash, luz en la oscuridad:









P.S. 2: La última foto de David que aquí aparece es por cierto de Cristo Ramírez, ya os hablaré de él.

4 comentarios:

  1. Un bonito recuerdo de un tiempo pasado,pero que siempre esta en tu presente,eso es el recordar a los buenos amigos.Sigue escribiendo de algo tan bonito,esa dicotomia de amistad y musica.
    Un bravo para ti,por tu blog,besos de quien mucho te quiere.

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  2. Y para quien quiera escuchar a David Cordero y a Úrsula, pinchar en el siguiente enlace:

    http://davidcordero.bandcamp.com/

    Tenéis para elegir.

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  3. Recientemente se estrenó en Sevilla la película documental de Rocío Mesa "Orensanz", sobre el particular artista "global" aragonés. La banda sonora es de David Cordero:

    http://davidcordero.bandcamp.com/album/orensanz-b-s-o

    La peli espero que tenga difusión, es un bonito ejercicio sobre la vuelta a casa entre otras cosas, vedla si podéis.

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